top of page

Pensamiento, palabra, obra y omisión

De pequeño me enseñaron a ser bueno,

responsable y temeroso de Dios;

como no entendía el concepto

de tener miedo al amor

decidí que el pensamiento propio era mejor.

 

Y así fueron transcurriendo las mañanas

entre patio y clase, misas y oración,

me decían en el colegio

“niño cuando seas mayor

has de ser hombre de provecho y posición”

 

Y les hice caso y aproveché,

Y les hice caso y me posicioné

Y ahora soy todo un señor

que se viste por lo pies

pero prefiero la chaqueta del revés.

De la dictadura a la transición,

de la democracia a la corrupción,

del estado de excepción

al reino del capital

el mismo perro con diferente collar.

 

Ahora que los días ya se me vuelven años

y hay sustancia para recapitular

ahora que veo más despacio

y vuelvo a temer al mar,

sin estar arrepentido

me decido a confesar.

 

Mea culpa ser librepensador,

mea culpa ser férreo dictador

de mi propia libertad,

de mi bien y de mi mal

mientras no le joda la vida a los demás.

Si es pecado ser una de esas piezas

que no encajan en el rompecabezas,

si dudar es pecar, me confieso pecador

de pensamiento, palabra, obra y omisión

bottom of page