¿Qué fue de los cantautores?, se preguntaba Luis Pastor en su magnífico poema sobre los trovadores de los años 70 que, con el tiempo, siguieron unos siendo y otros no. El tiempo, ese implacable compañero de viaje de cada cual y a quien nos empeñamos en culpar, no es en realidad responsable de ningún olvido. Los culpables somos quienes dejamos que este se instale impunemente y no hacemos nada por impedirlo; los que teniendo la oportunidad y los medios para activar la memoria no lo hacemos por comodidad o desidia; los que teniendo historias que contar las adormecemos hasta dejarlas morir.
Yo tengo una historia. Un relato de cantos, pinceles, versos e imágenes que no quiero que se diluya sin más, pues forma parte del devenir cultural de nuestra tierra y creo que tras 20 años no se le ha dado aún el valor que merece. Es la historia de un grupo de artistas que a finales de los años 90 del siglo XX decidió tomar el testigo de aquellos que en los años 70 del mismo siglo iniciaron una revolución cultural en Andalucía bajo el nombre de "Manifiesto Canción del Sur". Esos que tomaron (tomamos) el relevo lo hicimos bajo la siglas NNA de Núcleo de Nuevos Autores.
Inicio este blog con la idea de reivindicar y revalorizar, como se merece, todo el trabajo que aquel colectivo desempeñó entre 1997 y 2004 y que fue de verdadera relevancia en el resurgimiento de esos cantautores (y no sólo) por los que nuestro querido maestro Luis Pastor se preguntaba.
Deseo con esta iniciativa dejar constancia para la Historia de un tiempo y un espacio de creación que sería injusto no compartir.
En la imagen, el árbol pintado por Elizaberta López, miembro del Núcleo de Nuevos Autores, que dio origen al logotipo del colectivo: muchas ramas con un tronco común.
Espero que las entradas que en este blog vaya incluyendo poco a poco, sean de vuestro interés y sirvan para hacer esa justicia histórico-cultural que creo se merece el Núcleo de Nuevos Autores. El tiempo lo dirá...
Octubre de 1996. Empujé la puerta. El Harén de Arquímedes estaba a reventar. Hasta la puerta. Gente sentada en la mesa circular pequeña a mi derecha, y delante de mí como unas ochenta cabezas, todas mirando hacia una persona que, en el fondo, a lo lejos, tocaba una canción. Todos escuchando. Yo no podía verlo, sólo escucharlo. Y me pareció una voz dulce, pero también potente cuando la energía del tema lo requería. Entonces soltaba un vibrato seguro, sólido y equilibrado, rasgueaba con fuerza, y el local se llenaba de esa energía, de una emoción que sólo podía conseguir Juan Trova.
Yo entonces no sabía quién era. Llevaba en Granada alrededor de un mes. Aún me movía con inseguridad por…
Desde nuestro encuentro en el Festival del Movimiento Proyecto Cultural Sur, sigo tus interesantes reflexiones y aportaciones a la historia de la canción de autor. Hacer memoria también es un compromiso. Saludos desde México apreciado Juan...
Ya lo comentamos hace un par de años. La necesidad de dejar constancia. Estuvimos aquí. Es difícil, desde dentro, apreciar la verdadera dimensión que tuvo aquello, grande o chica. Uno nunca es imparcial. Y, luego, los caminos de cada uno. Las distancias de cada cual. Lejanías diversas. La verdad es que, cuando me atrevo a recordar, recuerdo a tanta gente maravillosa, con un talento tan enorme y tan sublime, que, sí, digo, merece la pena recordar y que quede para quien quiera saberlo. Y, bueno, por encima de todo, eran mis hermanos y amigos... Julen.